La Cuaresma es algo más que hacer. El hacer es sólo el primer paso de lo que realmente es la Cuaresma, que es el cambio. Y el tiempo de Cuaresma nos llama a abrir nuestros corazones al cambio. Estos actos "cotidianos" son el trampolín que nos lleva a la parte real, a la rendición de nuestros corazones, al cambio de corazón, de lo que trata la Cuaresma. No caigamos simplemente en los mismos viejos hábitos y tachemos nuestra lista de cosas por hacer y pensemos que tenemos la Cuaresma bajo control. Entremos realmente en la temporada y démonos cuenta de que la oración, el ayuno y la ofrenda son la clave, por así decirlo, para abrirnos a lo que realmente es la Cuaresma. Que es cambiar mi corazón.